BENEDICTUS EPISCOPVS,
SERVVS SERVORVM DEI.
A mi amado hijo Jesús Santiago, hasta ahora sacerdote en la Arquidiócesis de México, nombrado Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Guadalajara, salud y bendición apostólica.
"El que es fiel en lo poco, también lo es en lo mucho" (Lc 16,10): estas palabras del Señor resuenan claramente en el corazón de la Iglesia, que reconoce y acoge los frutos de la fidelidad perseverante de quienes, en el servicio humilde y generoso, se hacen aptos para nuevas y mayores responsabilidades en el cuerpo eclesial.
Atendiendo a la petición de nuestro venerado hermano, el Excelentissimo Arzobispo de Guadalajara, Monseñor Sergio Gomez, que nos presentó las necesidades pastorales de su vasta archidiócesis, hemos decidido proporcionarle un nuevo colaborador en el episcopado, para que el servicio del Evangelio pueda ser realizado con mayor eficacia y preocupación por los fieles.
Dirigimos, pues, nuestra mirada a ti, querido hijo Jesús Santiago, cuya vida sacerdotal destaca por su celo apostólico, sólida formación y generoso servicio a la Iglesia, apoyando a su arzobispo y a sus hermanos del clero en las cuestiones vocacionales, en la formación de los nuevos seminaristas, siendo un hombre de fe que busca siempre la unidad y el amor entre todos, está siempre cerca de los demás sacerdotes y obispos, acompañándolos y no dejándolos nunca solos, ha demostrado que sigue a Jesucristo y evangeliza con amor y es siempre obediente a su arzobispo y al Evangelio.
Siguiendo el parecer favorable del Dicasterio para los Obispos, y movidos por la conciencia de tu idoneidad y dedicación, te nombramos, por esta carta apostólica nuestra, Obispo Titular de Panatoria y Auxiliar de la Archidiócesis de Guadalajara, confiriéndote todas las facultades y deberes que comporta el oficio episcopal (cf. CIC, cánones 403-411), según el espíritu de servicio y comunión eclesial. Recibiréis vuestra consagración episcopal y elevación al tercer grado de la orden por la imposición de cualquier obispo católico válidamente ordenado, antes de observar el ceremonial litúrgico y prestar el debido juramento de obediencia a nosotros y a nuestros sucesores.
Por tanto, os exhortamos a "apacentar el rebaño de Dios que se os ha confiado" (1 Pe 5, 2), con corazón de padre, con la mansedumbre de Cristo y con la firmeza de la fe. Que vuestro ministerio se base siempre en la oración, en la escucha de la Palabra y en la cercanía a los hermanos, especialmente a los sacerdotes, a las personas consagradas y a los pobres.
Invocamos sobre él la asistencia del Espíritu Santo y la protección de la Santísima Virgen María, Estrella de la Evangelización, para que su ministerio sea fecundo en frutos de santidad y paz para toda la Iglesia de Guadalajara.
Dado en Roma, junto a San Pedro, en el primer día del mes de julio, en el Año Santo del Jubileo de 2025 - Peregrinos de Esperanza, en el primer año de nuestro Pontificado.
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