al venerable hermano Luis Román Galván,
salud y Bendición Apostólica.
El Divino Maestro, a lo largo de su vida pública, escogió hombres según sus deseos para que le siguieran, entre estos escogió a doce para que estuvieran siempre en su presencia y los hizo apóstoles, sus mensajeros, en número de doce, el Señor. confía la misión singular a Pedro, el pescador, de pescar hombres de todas las naciones y navegar en su barca hasta su regreso, así continuamos la misión de Pedro, de conducir la Iglesia y anunciar el Evangelio.
En nuestra misión somos signo de unidad de la universalidad episcopal, donde tenemos el deber de pastorear también a nuestros semejantes. Dirigiendo nuestro corazón a la comunidad de habla hispana, por la que tanto estamos ansiosos, nos damos cuenta de hasta dónde llega la barca de Cristo, y hacemos bien en darle especial cariño a estos amados hijos nuestros.
Nos fue favorable, después de haber oído la opinión de quienes tienen competencia en la materia, por nuestra autoridad apostólica, nombrarte y constituirte como obispo diocesano de la Diócesis de Nuestra Señora del Carmen, atribuyéndote a ti todos los deberes, derechos y privilegios del cargo.
Insitamos a que florezcan en ti las virtudes que te hicieron obispo, para que brille en ti el olor de la santidad, para que todos los que a ti recurran puedan sentir a Cristo, nuestro Señor.
Nos despedimos invocando abundantes bendiciones, por intercesión de la Santísima Virgen María, Nuestra Señora del Carmen, fiel sierva del Padre.