Este site não pertence a Igreja Católica da realidade. Somos uma representação dela em um jogo virtual conhecido como Minecraft.

COMUNIDADE CATÓLICA DE MINECRAFT - A UMA DÉCADA A SERVIÇO DA IGREJA

COMUNIDADE CATÓLICA DE MINECRAFT - A UMA DÉCADA A SERVIÇO DA IGREJA
É Ano Santo! Somos também peregrinos da Esperança! - Jubileu 2025: Peregrinos da Esperança

Rito de Apertura de la Puerta Santa y Jubileo | Dicasterio para la Evangelización

 

RITO DE APERTURA
DE LA PUERTA SANTA Y JUBILEU
DICASTERIO PARA LA EVANGELIZACIÓN

1. En el día elegido, a la hora marcada, los fieles se reúnen en una iglesia cercana o en otro lugar apropiado, fuera de la iglesia jubilar hacia la cual se dirigirán. Si la concentración está planeada para después del atardecer, se pueden utilizar antorchas o lámparas encendidas.

2. Los ministros usan ornamentos de color blanco. El Obispo lleva capa

3. pluvial, que se quitará después de la procesión.

4. Mientras el Obispo y los ministros llegan a las sedes preparadas para ellos, se puede cantar el Himno del Jubileo u otro canto apropiado.

El obispo, vuelto al pueblo, dice:
Pres.: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo
Todos responden:

℟.: Amém.

A continuación, saluda al pueblo reunido:
Pres.: El Dios de la esperanza, que en el Verbo hecho carne nosllena de toda alegría y paz en la fe, por el poder del Espíritu Santo, esté con todos ustedes.

5. 
El Obispo invita a bendecir y alabar a Dios:
Pres.: Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo
℟.: Bendito el Señor, nuestra esperanza.

Pres.: Con él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos
℟.: Bendito el Señor, nuestra esperanza.

Pres.: Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
℟.: Bendito el Señor, nuestra esperanza.

O bien:

Pres.: Bendito el Padre: que, enviando su Verbo, lo ha hecho signo de esperanza y sacramento de redención para la humanidad.
℟.: Bendito el Señor, nuestra esperanza.

Pres.: Bendito el Hijo: que, naciendo de la Virgen María, nos ha abierto la puerta de la esperanza a una vida nueva.
℟.: Bendito el Señor, nuestra esperanza.

Pres.: Bendito el Espíritu Santo: que, manifestado en laEncarnación, nos ha hecho herederos por el Bautismo de la esperanza en la vida eterna.
℟.: Bendito el Señor, nuestra esperanza.

6. Después el obispo se dirige al pueblo con estas palabras::
Pres.: Hermanos y hermanas, el Misterio de la Encarnación de nuestro Salvador Jesucristo, conservado en la comunión de amor de la Sagrada Familia de Nazaret, es para nosotros fuente de profunda alegría y de certera esperanza. En comunión con la Iglesia universal, mientras celebramos el amor del Padre manifestado en la carne del Verbo hecho hombre y en el signo de la cruz, ancla de salvación, abrimos solemnemente el Año Jubilar para nuestra Iglesia de N.N. Este rito es para nosotros el preludio de una rica experiencia de gracia y misericordia, siempre dispuestos a responder a cualquiera que nos pregunte porla esperanza que hay en nosotros, especialmente en estos tiempos de guerra y desorden. Cristo, nuestra paz y nuestra esperanza, sea nuestro compañero de viaje en este año de gracia y consuelo. El Espíritu Santo, que hoy comienza en nosotros y con nosotros esta obra, la lleve a término hasta el día de Cristo Jesús.

7. Terminada la exhortación y tras un breve momento de silencio, el Obispo pronuncia la siguiente oración:
Pres.: Oh Padre, esperanza que no decepciona, principio y fin de todas las cosas, bendice el inicio de nuestra peregrinación tras la cruz gloriosa de tu Hijo en este tiempo de gracia; venda las heridas de los corazones rotos, afloja las cadenas que nos mantienen esclavos del pecado y prisioneros del odio y concede a tu pueblo la alegría del Espíritu para que camine con renovada esperanza hacia la meta deseada, Cristo tu Hijo y nuestro Señor. Él, que vive y reina por lossiglos de los siglos.
O povo responde:
℟.: Amém.

EVANGELHO

8. A continuación, el diácono proclama el Evangelio:

Jo 14,1-7

Crean en Dios y crean también en mí; yo soy el camino y la verdad y la
vida.

+ Lectura delsanto Evangelio según san Juan.
En la última Cena, dijo Jesús a sus discípulos: «No se turbe su corazón, crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, se lo habría dicho, porque me voy a prepararles un lugar. Cuando vaya y les prepare un lugar, volveré y los llevaré conmigo, para que donde estoy yo estén también ustedes. Y adonde yo voy, ya saben el camino». Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto».
Palabra del Señor.

9. Tras la proclamación del Evangelio, se hace una breve pausa de silencio. A continuación, un lector lee algunos párrafos de la bula de convocación del Jubileo Ordinario, elegidos entre los siguientes:

De la Bula de Proclamación del Jubileo Ordinario
Spes Gaudentes (1; 2; 5; 20; 30)

1.“Spe gaudentes - Alégrense en la esperanza” (Rm 12,12), dice el apóstol Pablo a los cristianos de Roma y también a vosotros, juventud de Minecraft, llamada a insertarse dentro de la dinámica y la alegría de toda la Iglesia, que se prepara para celebrar el Jubileo de 2025. Vivimos tiempos de grandes desafíos, incertidumbres y rápidos cambios, pero también de inmensas oportunidades para testimoniar la alegría de la fe y la esperanza que no defrauda (Rm 5,5). Con este espíritu, la Iglesia se prepara para vivir el Santo Jubileo, un tiempo especial de gracia, reconciliación y renovación espiritual, que tendrá como tema: Peregrinos de la Esperanza, estimulándonos a redescubrir la fuerza transformadora de la esperanza cristiana y, en particular, la fuerza de la juventud, que está llamada a ser protagonista en este camino, a ser el sol o la tormenta del futuro.

2. El Jubileo, celebrado cada veinticinco años, es un momento significativo de comunión eclesial y una oportunidad para fortalecer los lazos entre Dios y su pueblo. Pero el Jubileo de 2025 tiene un carácter especial, ya que ocurre en una era profundamente moldeada por la conectividad digital y la presencia predominante de la tecnología en la vida humana. En este contexto, la juventud, como fuerza vibrante y creativa de la Iglesia, está desafiada a asumir su papel como peregrinos de la esperanza también en Internet y en las redes sociales, convirtiéndose en sembradora del mensaje del Evangelio en todos los rincones del mundo digital, incluido aquí en Minecraft, un universo de cubos densamente frecuentado por jóvenes de todas las razas, pueblos y lenguas.

5. Tal transformación pasa por la misión evangelizadora de la juventud en Internet y en Minecraft, que no se caracteriza solo como una estrategia moderna, sino como una respuesta al llamado de Cristo de “ir y hacer discípulos de todas las naciones” (Mt 28,19). Una misión que adquiere nuevas formas y desafíos, exigiendo creatividad, autenticidad y valentía para testimoniar la fe. Es dentro del universo cibernético donde la juventud asume la misión de ser “antena de esperanza”, como nos invita el Papa Francisco. Así como los primeros apóstoles cruzaron mares y desiertos para anunciar la Buena Nueva, hoy todo chico y chica, joven y señorita, puede atravesar las fronteras virtuales en las olas de Internet, llevando el mensaje del Evangelio a todas las partes del mundo.

20. Convocamos a todas las Iglesias particulares de todo el mundo a vivir esta gracia jubilar en comunión con la Iglesia Universal. El prelado de cada circunscripción deberá designar una única iglesia jubilar en su diócesis, es decir, aquel templo donde los fieles podrán y deberán promover peregrinaciones. La Puerta Santa en las Iglesias diocesanas deberá abrirse hasta el día 22 de febrero de 2025, Fiesta de la Cátedra de San Pedro, como signo de unidad y comunión con la Sede Apostólica.

30. ¡Alegrémonos en la esperanza, celebremos en la fe y caminemos en la caridad! Que María, Madre de la Esperanza, y todos los santos de Dios nos acompañen en esta peregrinación jubilar, guiándonos con ternura hasta el abrazo misericordioso del Padre. “Dejémonos, desde ya, atraer por la esperanza, consintiendo que, por nuestro intermedio, se vuelva contagiosa para cuantos la desean. Que nuestra vida les diga: ‘Confía en el Señor. Sé fuerte y valiente, y confía en el Señor’ (Sal 27,14). Que la fuerza de la esperanza llene nuestro presente, aguardando con confianza el regreso del Señor Jesucristo, a quien se debe la alabanza y la gloria ahora y por los siglos futuros.”

10. Al final de la lectura, el obispo pone incienso en el incensario y el diácono inicia la procesión con estas palabras:
Pres.: 
Hermanos y hermanas, avancemos en nombre de Cristo: camino que conduce
al Padre, verdad que nos hace libres, vida que ha vencido a la muerte.

10. A continuación comienza la peregrinación a la catedral donde se celebra la misa. Precede el turiferario con el incensario humeante junto con la cruz adornada y los ministros con velas encendidas o antorchas a los lados de la cruz; después el diácono portando el evangeliario, a continuación, el Obispo y, tras él, los presbíteros, los demás ministros y los fieles con, si es el caso, antorchas o lámparas encendidas. Durante la peregrinación, el coro y el pueblo cantan las letanías de los santos o himnos adecuados o algunos salmos (cf. Apéndice) con las antífonas siguientes u otras elegidas convenientemente:

Antífona (Cf. Hb 13,8.20)
Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre. A él la gloria por los siglos de los siglos.

Ou:

Antífona (Cf. Zc 2,14)
Alégrate, Virgen hija de Sión: de ti nació Cristo, sol de justicia por ti brilla la salvación del mundo

Ou:

Antífona (Cf. Ap 15,3)
Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios omnipotente; justos y verdaderos tus caminos, rey de los pueblos.

    APERTURA DE LA PUERTA SANTA Y EXALTACIÓN A LA SANTA CRUZ

12. Después de que todos hayan llegado y se hayan acomodado, el obispo, con mitra, se acerca a la Puerta Santa y, con las manos unidas, dice:

Pres.: Esta es la puerta del Señor.
℟.: Por esta puerta entran los justos.

Pres.: Ábranme las puertas de la Justicia.
℟.: Entraré para dar gracias al Señor.

13.  Entonces el obispo recibe el báculo, golpea tres veces la Puerta Santa, deposita el báculo y la abre. A continuación, recibe nuevamente el báculo y, postrándose de rodillas, reza en silencio durante algunos momentos.

Después, se levanta y concluye:

Pres.: Por Vuestra gran misericordia entraré en Vuestra casa, Señor. Ábranme las puertas de la Justicia.
℟.: Me postraré en dirección a Vuestro templo santo.

14. Frente a la puerta abierta, el obispo toma la cruz que fue llevada en procesión (con la ayuda, si es necesario, de algunos ministros), la levanta y, de cara al pueblo, los invita a venerarla con la siguiente aclamación o con otra semejante:
Pres.: Salve, cruz de Cristo, única esperanza.
℟.: En ti, Señor, confié, no me veré defraudado para siempre.

15. 
A continuación, el Obispo devuelve la cruz y, con los ministros, se dirige a la fuente bautismal, donde preside el rito del recuerdo del Bautismo, mientras los fieles se colocan en la nave frente a la fuente. El Obispo invita a la oración con estas o parecidas palabras:
Pres.: Queridos hermanos y hermanas, invoquemos a Dios, Padre todopoderoso, para que bendiga esta agua, que va a ser derramada sobre nosotros en memoria de nuestro bautismo y pidámosle que nosrenueve interiormente.

16. Todos oran unos instantes en silencio. Después el Obispo, con las manos extendidas, prosigue:
Pres.: Dios todopoderoso, fuente y origen de la vida del alma y del cuerpo, bendice esta agua, que vamos a usar con fe para implorar el perdón de nuestros pecados y alcanzar la ayuda de tu gracia contra toda enfermedad y asechanza del enemigo. Concédenos, Señor, por tu misericordia, que las aguas vivas siempre broten salvadoras, para que podamos acercarnos a ti con el corazón limpio y evitemostodo peligro de alma y cuerpo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
℟.: Amém.

17. El obispo se rocía a sí mismo, a los concelebrantes, a los ministros y al pueblo, atravesando la nave de la catedral precedido por el evangeliario y la cruz. Mientras tanto, se interpretan las antífonas siguientes u otro himno adecuado:

Antífona (Cf. Sl 50, 9)
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Ou:

Antífona (Cf. Sl 50, 9)
Lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Ou:

Antífona (Cf. Ez 36, 25-26)
Derramaré sobre ustedes un agua pura que los purificará: de todas sus inmundicias e idolatrías los he de purificar; y les daré un corazón nuevo, dice el Señor.

18. El Obispo, con los ministros, se dirige al presbiterio donde se quita la capa pluvial y se pone la casulla. El diácono, llegado al altar, deja sobre éste el Evangeliario. La cruz se coloca cerca del altar, en un lugar bien visible, donde permanecerá durante todo el Año Jubilar para la veneración del pueblo de Dios. Cabe señalar que la cruz del presbiterio es única. El Obispo besa el altar, lo inciensa junto con la cruz y se dirige a la cátedra. Estos momentos pueden ser acompañados, después del himno o de las antífonas interpretadas durante la aspersión, por una antífona del tiempo liturgico o por un himno adecuado o por el sonido de los instrumentos musicales.

19. Después, se canta el Gloria. La celebración continúa como de costumbre, utilizando el formulario de la Misa por el Año Santo, o si es un Domingo o Solemnidad, el del día.

--------------------------------------------------------

19. 
Si el baptisterio se encuentra en el exterior, la memoria del Bautismo precede a la entrada solemne en la catedral. Si no es posible realizar la conmemoración del Bautismo en la fuente bautismal, el Obispo con los ministros se dirige al presbiterio mientras los fieles ocupan sus lugares en la nave. El diácono, llegado al altar, deja sobre éste el Evangeliario. La cruz se coloca cerca del altar. El Obispo, al llegar al presbiterio, se quita la capa pluvial y se pone la casulla. Besa el altar, lo inciensa junto con la cruz y se dirige a la cátedra. Se lleva un acetre con agua ante el Obispo y éste procede a la bendición y a la aspersión como se ha indicado anteriormente. Volviendo a la cátedra, el Obispo dice:
Pres.: Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de
esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su reino.
℟.: Amém.

20. Después, se canta el Gloria. La celebración continúa como de costumbre, utilizando el formulario de la Misa por el Año Santo, o si es un Domingo o Solemnidad, el del día.