Al dilecto hermano Nadir Vega, O. de M., hasta ahora
Arzobispo Coadjutor de México, elegido Obispo
Diocesano de Antequera de Oaxaca:
aalud, paz y bendición apostólica.
“El Señor te ha establecido como pastor sobre su pueblo, para que lo guíes con sabiduría y justicia” (2Sm 5,2). El episcopado, siendo una participación en el ministerio de los Apóstoles, es un llamado al servicio en fidelidad y humildad, para que, a través de él, la Iglesia continúe cumpliendo la misión salvífica encomendada por el mismo Señor.
Con este espíritu, es necesario que aquellos que destacan por su integridad de vida, su sabiduría y su dedicación al rebaño de Cristo sean elegidos para asumir el gobierno de las Iglesias particulares, siempre atentos a las necesidades del pueblo de Dios y obedientes a la guía del Espíritu Santo.
Considerando, pues, la vacancia de la Sede de Antequera, Oaxaca, en México, tras la emérita de nuestro hermano Angel Gómez, y atendiendo a las necesidades pastorales de esta amada porción del Pueblo de Dios, después de oración y reflexión, y habiendo escuchado el parecer del Dicasterio para los Obispos, hemos considerado oportuno confiar dicho oficio a un pastor celoso, cuya experiencia en el servicio eclesial y cuyas virtudes ya son reconocidas.
Por lo tanto, en el pleno uso de nuestra autoridad apostólica e inspirados por la acción del Espíritu Santo, te nombramos, Mons. Nadir Vega, O. de M., hasta ahora Arzobispo Coadjutor de la Arquidiócesis de México, como Obispo Diocesano de la Diócesis de Antequera, Oaxaca, liberándote, por este acto, de tu oficio precedente y de todas las prerrogativas que de él derivan.
Al confiarte el pastoreo de esta Iglesia particular, te exhortamos a gobernar con sabiduría, humildad y caridad, siendo para el pueblo de Antequera de Oaxaca un signo visible de Cristo, el Buen Pastor, que da la vida por sus ovejas. Promoviendo la unidad, la evangelización y la santidad del rebaño que te ha sido confiado, recuerda siempre que tu autoridad episcopal debe ejercerse como un servicio en espíritu de obediencia al Evangelio y siempre en comunión con esta Sede Apostólica.
Establecemos, además, que tu toma de posesión canónica como Obispo Diocesano de Antequera de Oaxaca se realice en una fecha que será determinada, en la Catedral de Antequera, conforme a las normas litúrgicas y canónicas.
Por último, confiamos tu ministerio a la maternal protección de la Santísima Virgen María, bajo el título de uestra Señora de las Mercedes, patrona de tu orden religiosa, para que te sostenga en tu vocación e interceda para que tu pastoreo sea fecundo en obras de justicia y santidad. Pedimos también que San José, guardián de la Iglesia, y San Pedro Nolasco, fundador de tu orden religiosa, te acompañen en tu camino.
Que Dios, rico en misericordia, fortalezca tu corazón y te conceda las gracias necesarias para que, como sucesor de los Apóstoles, ilumines y guíes a la comunidad de Antequera de Oaxaca, conduciéndola hacia la unidad y la paz que brotan del Evangelio.