PARA O PERÍODO DE SÉ VACANTE
“O justo, ainda que morra prematuramente, terá repouso.” (Sb 4, 7).
Caríssimos irmãos, após o repentino falecimento de Sua Santidade o Papa João Paulo VI, este Dicastério em sua autoridade vem, através desta, propor orientações litúrgicas para o período de Sede Vacante, observando-se atentamente as orientações propostas pela Constituição Apostólica Universi Dominici Gregis III, promulgada pelo Papa João.
Contudo, sabendo que “a liturgia é presença, é um encontro com Cristo”, segue abaixo recomendações para bem celebrarmos este tempo:
I. Admoestamos a Igreja a se unir em oração pela eleição do novo Pontífice, celebrando, ao menos, em cada (arqui)diocese, uma Eucaristia nesta intenção, bem como a participação ativa nas celebrações Eucarísticas na cidade eterna, presididas pelos cardeais. Esta participação manifesta a unidade plena e total do clero com Colégio Cardinalício, que eleva ao Espírito Santo, súplicas para a eleição do Sucessor do Apóstolo Pedro.
II. Durante a vacância, suprima-se nas Orações Eucarísticas, a citação que contenha o nome do Papa; seja mencionado, apenas, o nome do (arce)bispo local. Sejam usadas as fórmulas como exemplificado a seguir:
Oração Eucarística I: que oferecemos, antes de tudo, pela vossa Igreja santa e católica: concedei-lhe paz e proteção, unindo-a num só corpo e governando-a por toda a terra, em comunhão com vosso servo o nosso Bispo N., e todos os que guardam a fé católica que receberam dos Apóstolos.
Oração Eucarística II: Lembrai-vos, ó Pai, da vossa Igreja que se faz presente pelo mundo inteiro;* que ela cresça na caridade, em comunhão com o nosso Bispo N., os bispos do mundo inteiro, os presbíteros, os diáconos e todos os ministros do vosso povo.
IV. Em Roma e nas Catedrais (arqui)diocesanas sejam usados paramentos de cor vermelha em todas as missas principais em sufrágio do falecido Pontífice, que não devem ser realizadas em Domingos ou Solenidades. Nas demais Igrejas, devem ser utilizados paramentos roxos. Nestas celebrações, sejam utilizadas as orações para o sufrágio universal das almas e leituras do dia.
V. Após o sepultamento do falecido Pontífice a acontecer em trinta de novembro (30/11), somente a Igreja de Roma manterá o privilégio da utilização dos paramentos de cor vermelha, como de costume. A demais Igrejas, após essa data, quando celebrarem algo em sufrágio do falecido Pontífice, devem fazer uso de paramentos de cor roxa ou preta. Tendo em vista que estaremos no Tempo do Advento, devem ser tomadas apenas as orações pelos defuntos, permanecendo a liturgia do dia. Exortamos os bispos titulares a zelarem pelo seu rebanho, para que não haja abusos litúrgicos em relação a essas celebrações.
VI. Cabe aos arce(bispos) incentivar o clero arqui(diocesano) a vivenciar o período de vacância, encorajando-o a celebrar frequentemente e incluir nas paróquias ações que levem a Igreja a se unir em oração, recitações do Santo Terço, Liturgia das Horas, ou afins, tendo como intenção a eleição do novo Papa.
VII. Fazemos recordar que a morte do pontífice não deve caracterizar uma pausa no calendário litúrgico. Toda a comunidade dos fiéis é convocada a participar ativamente dos mistérios de Cristo que se manifestou, e sempre há de manifestar-se no meio de nós até a sua vinda no fim dos tempos, tendo em vista que também nas festas da Santa Mãe de Deus, dos Apóstolos, dos Santos e na Comemoração dos Fiéis Defuntos, a Igreja peregrina sobre a terra proclama a Páscoa do Senhor.
VIII. Após a eleição do Sumo Pontífice, onde for possível, seja celebrada a Santa Missa em ação de graças à eleição do novo Papa, em horário onde se reúna o máximo número de clérigos. Volte a ser incluído imediatamente após o anúncio do HABEMUS PAPAM, o nome do Pontífice eleito na prece Eucarística.
Sem mais, elevamos ao Senhor através da Virgem Maria, Mãe da Igreja, as nossas orações pelos cardeais e pela Santa Igreja, intensificando nossas súplicas pela breve eleição do Sucessor de Pedro.
Roma, 29 de novembro de 2024.
+Antônio Matheus Card. Carneiro
“El justo, aunque muera prematuramente, tendrá descanso.” (Sb 4, 7).
Queridos hermanos, tras el repentino fallecimiento de Su Santidad el Papa Juan Pablo VI, este Dicasterio, en su autoridad, viene, por medio de la presente, a proponer orientaciones litúrgicas para el período de Sede Vacante, observando atentamente las disposiciones propuestas por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis III, promulgada por el Papa Juan.
No obstante, sabiendo que “la liturgia es presencia, es un encuentro con Cristo”, a continuación se presentan recomendaciones para celebrar debidamente este tiempo:
I. Exhortamos a la Iglesia a unirse en oración por la elección del nuevo Pontífice, celebrando al menos, en cada (arqui)diócesis, una Eucaristía con esta intención, así como participando activamente en las celebraciones eucarísticas en la ciudad eterna, presididas por los cardenales. Esta participación manifiesta la plena y total unidad del clero con el Colegio Cardenalicio, que eleva al Espíritu Santo sus súplicas para la elección del Sucesor del Apóstol Pedro.
II. Durante la vacancia, suprímase en las Oraciones Eucarísticas la mención del nombre del Papa; únicamente se mencionará el nombre del (arzo)bispo local. Utilícense las fórmulas ejemplificadas a continuación:
Oração Eucarística I: que ofrecemos, antes de todo, por vuestra Iglesia santa y católica: concededle paz y protección, uniéndola en un solo cuerpo y gobernándola en toda la tierra, en comunión con vuestro siervo nuestro Obispo N., y con todos los que guardan la fe católica que recibieron de los Apóstoles.
Oração Eucarística II: L
Acordaos, Padre, de vuestra Iglesia extendida por toda la tierra; que ella crezca en la caridad, en comunión con nuestro Obispo N., los obispos de todo el mundo, los presbíteros, los diáconos y todos los ministros de vuestro pueblo.
IV. En Roma y en las Catedrales (arqui)diócesanas se usarán ornamentos de color rojo en todas las misas principales en sufragio por el Pontífice fallecido, que no deben celebrarse en domingos o solemnidades. En las demás iglesias deben utilizarse ornamentos de color morado. En dichas celebraciones, utilícense las oraciones para el sufragio universal de las almas y las lecturas del día.
V. Después del entierro del Pontífice fallecido, que tendrá lugar el treinta de noviembre (30/11), solo la Iglesia de Roma mantendrá el privilegio del uso de ornamentos de color rojo, como es costumbre. Las demás iglesias, tras esa fecha, cuando celebren algo en sufragio por el Pontífice fallecido, deben utilizar ornamentos de color morado o negro. Teniendo en cuenta que estaremos en el Tiempo de Adviento, solo deben tomarse las oraciones para los difuntos, manteniéndose la liturgia del día. Exhortamos a los obispos titulares a cuidar de su rebaño para evitar abusos litúrgicos en relación con estas celebraciones.
VI. Corresponde a los (arzo)obispos animar al clero (arqui)diócesano a vivir el período de vacancia, exhortándolo a celebrar con frecuencia e incluir en las parroquias acciones que unan a la Iglesia en oración, como el rezo del Santo Rosario, la Liturgia de las Horas, o actos similares, con la intención de la elección del nuevo Papa.
VII. Recordamos que la muerte del Pontífice no debe suponer una pausa en el calendario litúrgico. Toda la comunidad de los fieles está convocada a participar activamente en los misterios de Cristo, que se manifestó y siempre se manifestará entre nosotros hasta su venida al final de los tiempos. Considerando también que en las fiestas de la Santa Madre de Dios, de los Apóstoles, de los Santos y en la Conmemoración de los Fieles Difuntos, la Iglesia peregrina proclama la Pascua del Señor.
VIII. Después de la elección del Sumo Pontífice, donde sea posible, se celebrará una Santa Misa en acción de gracias por la elección del nuevo Papa, en horario que reúna al mayor número de clérigos. Inmediatamente después del anuncio del Habemus Papam, inclúyase de nuevo el nombre del Pontífice electo en la Plegaria Eucarística.
Sin más, elevamos al Señor, por intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia, nuestras oraciones por los cardenales y por la Santa Iglesia, intensificando nuestras súplicas para la pronta elección del Sucesor de Pedro.
Roma, 29 de noviembre de 2024.